¿Por qué la varicela permanece en el cuerpo una vez pasado el tratamiento?

La varicela es un padecimiento altamente contagioso ocasionado por el Virus Varicela-Zóster (VVZ), que aunque suele presentarse en edades tempranas, puede afectar a las personas en momentos de vida más avanzados, tanto porque no la padecieron antes como por no haber recibido el tratamiento adecuado. Puede contraerse por contacto directo con una persona infectada, así como propagarse a través del aire si esta tose o estornuda.

Entre sus manifestaciones destacan dolor de cabeza, agotamiento, fiebre, dolor de garganta, falta de apetito, salpullido, comezón y manchas rojizas en la piel, las cuales evolucionan a lo largo de 24 a 48 horas (aproximadamente) para volverse costras, momento en el que la enfermedad deja de considerarse contagiosa.

Aunque se considera un padecimiento de única ocasión (tras haberla contraído el cuerpo se vuelve inmune a ella), puede generar dificultades en el futuro si no se tienen los cuidados pertinentes.

¿Por qué la varicela permanece en el cuerpo?

Después de haber sido tratado, el VVZ permanece en los ganglios nerviosos sensitivos del cuerpo durante un tiempo considerable, siendo controlado por las funciones del sistema inmune; sin embargo, una descompensación del mismo (debido a factores tan diversos como el estrés, infecciones, enfermededades neurológicas, edad avanzada, entre otros) puede provocar su reactivación, dando paso a la denominada culebrilla o Herpes Zóster.  

Este tipo de herpes ocasiona lesiones en el nervio sensitivo y se evidencia a través de erupciones localizadas en cierto lado del cuerpo (muchas veces en la parte superior: torso, tórax, espalda...) que generan comezón intensa y una sensación de ardor muy dolorosa. Y aunque suele considerarse beningno (sanando en menos de un mes o incluso de manera espontánea), se recomienda que personas con un estado de salud comprometido, en edad avanzada y mujeres embarazadas, presten especial atención en su padecimiento. 

Se considera que en aproximadamente un 20% de los casos, la culebrilla puede alojarse en los nervios craneales, lo que le permite entrar en contacto con los ojos y oídos, así como dar paso a complicaciones de gran magnitud como el herpes oftálmico y ótico, respectivamente. 

Es importante mantener siempre la atención necesaria sobre las condiciones de salud particulares, no fallar con la aplicación de vacunas ni dejar pasar las revisiones médicas, esto facilitará la evasión de complicaciones, así como el conocimiento de los tratamientos de prevención y apoyo pertinentes.

Referencias
Varicela. Marzo 08, 2019, de North Shore University HealthSystem.
(2016). El Herpes Zóster, el virus “oculto” o cuando el virus de la varicela reaparece. Marzo 08, 2019, de Mi sistema inmune.