La piel en invierno
Fuente: Revista Mente & Cuerpo Farmédica, Febrero 2018, pp 81.
Abril 04, 2018
La piel es la cubierta de todo el cuerpo, al ser el órgano más grande y dentro de sus diversas funciones es comunicar el medio interno con el externo, proteger a éste de las agresiones del ambiente y mantener la temperatura adecuada. Algunos de los factores asociados al invierno y que pueden favorecer algunos cambios o padecimientos cutáneos son: el frío, la escasa humedad climática, el calor seco que generan las calefacciones y los cambios bruscos de temperatura, como también el uso de ropa con tejidos más gruesos.
Al estar expuesta la piel al frío, se produce una vasoconstricción y con ello se puede observar más pálida; como consecuencia, la circulación sanguínea se ve afectada así como el transporte de oxígeno a los tejidos, retardando el recambio celular y dándole a la piel un aspecto opaco, grisáceo; así mismo pierde mayor cantidad de agua y la secreción sebácea disminuye haciéndola ver más seca, arrugada, e inclusive descarada y figurada. La piel se vuelve sensible y se puede inflamar o irritar con mayor facilidad.
Es importante mencionar que además si se practican actividades al aire libre, las áreas más expuestas como la cara y las manos pueden sufrir quemaduras por frío y si se practican algunos deportes de montaña, la altitud cambia así como la presencia en nubes, hielo y nieve, ocasionándose quemaduras por sol ya que se refleja mucho más la radiación ultravioleta.
Algunas enfermedades de la piel, ya existentes en las personas, pueden empeorar en esta época como: la dermatitis atómica, urticaria por frío, rosácea y algunos fenómenos de tipo inmunológico. Para continuar con el aprendizaje y conservar la buena salud de nuestra piel es recomendable seguir algunas indicaciones en las épocas de frío como las siguientes:
- Hidratar la piel diariamente, de preferencia con bálsamos o productos que contengan sustancias que favorezcan mayor retención de agua en la piel.
- Humectar los labios de forma constante y evitar humedecerlos con saliva, ya que ésta los irrita más.
- Usar una crema especial para manos y aplicarla varias veces al día así como el contorno de ojos.
- Evitar los baños con agua muy caliente ya que puede ocasionar daño a la epidermis.
- En personas con piel seca o sensible, ayuda a mantener cierta humedad en el ambiente (casa u oficina) con algún humidificador.
- Evitar los cambios bruscos de temperatura para evitar mayor sensibilidad en la piel.
- Usar ropa que facilite la transpiración y de preferencia de algodón, ya que cierto tipo de telas sintéticas aumentan la fricción en los pliegues y rozaduras.
- No olvidar que a pesar del frío y la época, se debe usar foto protección contra la radiación mínimo de FPS 30 o más.
No olvidemos que si seguimos los cuidados básicos para nuestra piel a diario y desde antes, tendremos una mejor protección para soportar los cambios climáticos y seguir luciendo una piel sana en cualquier época del año.
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